Create Your First Project
Start adding your projects to your portfolio. Click on "Manage Projects" to get started
Lazos de Familia
Fecha
2013
En Lazos de Familia, la relación entre el sujeto y el objeto se convierte en el núcleo articulador del discurso, tanto a nivel formal como conceptual. La estandarización del tamaño y formato fotográfico nos introduce en una narrativa donde ambos—sujeto y objeto—comparten roles y jerarquías, difuminando los límites entre lo humano y lo material, entre lo que observa y lo que es observado.
Por un lado, el objeto, al ser cargado con un valor simbólico, legitima al sujeto, trascendiendo su pasividad habitual. Se le otorga un nuevo protagonismo, elevándolo más allá de su simple materialidad.
Por otro lado, el sujeto, retratado en su vulnerabilidad y presencia, se transforma también en objeto: algo que puede ser conocido y sentido, una figura expuesta ante la mirada del observador. Este intercambio de roles genera un diálogo visual que nos invita a reconsiderar cómo entendemos y relacionamos lo humano con lo inanimado.
El montaje fotográfico, estructurado en tríos o pares, establece un juego visual que nos obliga a trazar conexiones y realizar inferencias. Nos posiciona frente a los conjuntos como si de un rompecabezas emocional se tratase, creando un espacio de contemplación en el que la relación entre los personajes y los objetos adquiere una nueva dimensión.
La puesta en escena, que enfatiza la presentación del Sujeto/Objeto, se revela deliberadamente cargada, pero sin caer en el exceso. Este montaje no sólo afirma la presencia de lo femenino, sino que, de manera más sutil, refuerza la idea del ocultamiento. Las mujeres retratadas parecen querer esconderse, planteándonos preguntas sobre sus miedos, sus deseos de escapar, y las tensiones invisibles que las rodean.
En contraste, el Objeto/Sujeto no se oculta. Expuesto de manera frontal, revela su estado de desuso, su muerte funcional. Se nos presenta no como algo que ha perdido su propósito, sino como un depositario de memorias y afectos, transformado en testigo mudo de historias pasadas. El objeto ya no es sólo materia; ahora guarda la huella del tiempo y las emociones de quienes lo rodean. ¿Es, entonces, una exposición sobre la muerte? En cierto modo, siempre se habla de ella: de la muerte como un acontecimiento inevitable, pero también como catalizador de cambio y agente de transformación. La muerte no es ni un comienzo ni un final, sino un punto de quiebre, un pasaje hacia algo nuevo. Al igual que un pájaro que no es ni las retratadas ni los objetos, la muerte sobrevuela cada imagen, siendo un elemento que conecta lo efímero con lo perdurable.
En Lazos de Familia, la muerte no es un fin, sino un proceso de resignificación. Los lazos familiares y los objetos que los acompañan nos confrontan con el ciclo perpetuo de vida y transformación, invitándonos a explorar lo que permanece y lo que inevitablemente cambia.

























